GENERALIDADES
Las llamadas técnicas de ajuste básico, mecanismos homeostáticos, estrategias de afrontamiento son,
junto a los mecanismos de defensa, mecanismos psicológicos que reducen las
consecuencias de un acontecimiento estresante, de modo que el individuo puede
seguir funcionando normalmente. Los modelos de comportamiento que componen la psiquis en
el ser humano, son un compuesto de fuerzas. Estas fuerzas son las
características genéticas, las características instintivas que
residen en el inconsciente y los factores de desarrollo,
que incluyen: adiestramiento, circunstancias ambientales del individuo, y
experiencia y formación.
La mayor parte de las personas
mantienen un balance equilibrado entre estas fuerzas. Algunas veces el balance
es muy tenue y se ajusta con los mecanismos de defensa.
"Estrategias de
afrontamiento" se refiere a actividades y comportamientos de las que el
individuo es consciente y "Mecanismos de defensa" se refiere a
procesos mentales inconscientes. Los "mecanismos de defensa", que
como se ha dicho son comportamientos inconscientes, son diversas formas de
defensa psicológica con las cuales el sujeto consigue vencer,
evitar, circundar, escapar, ignorar o sentir angustias, frustraciones y amenazas por
medio del retiro de los estímulos cognitivos que las producirían.
TIPOS DE MECANISMOS DE DEFENSA
Se
les suele clasificar como primarios o secundarios en función del momento de su
aparición en el desarrollo del ser humano. Cuanto más primaria es una
defensa, más pertenece a las primeras épocas de la vida y más tiende a negar la
realidad. Cuanto más secundaria es una defensa, más pertenece a épocas tardías
del desarrollo y más suele preservar el criterio de realidad.
Los
mecanismos de defensa son una parte íntegra del funcionamiento psíquico de todo
individuo y sólo se les considera patológicos cuando se abusa de ellos o cuando
son demasiado rígidos. Existen mucha clasificaciones de los mecanismos de
defensa, aquí nos basaremos en el libro de diagnóstico psicoanalítico de Mc Williams (2011)
Mecanismos
de Defensa Primarios
Retraimiento
El
retraimiento consiste en el re plegamiento sobre uno mismo y un alejamiento de
la realidad para refugiarse dentro del mundo de las fantasías o del sueño. Un
ejemplo fácilmente observable es el de un bebé angustiado o sobre estimulado
que se protege durmiéndose. Esta defensa le permite al individuo escaparse de
la realidad dolorosa sin distorsionarla y, a diferencia de otros mecanismos de
defensa primarios, no suele generar malentendidos en la interpretación de la
realidad. Sin embargo, su uso excesivo limita considerablemente la posibilidad
de hacerse cargo de la realidad.
Negación
La
negación consiste en el rechazo de aceptar que algo ocurre y se basa en la
convicción pre-lógica de “Si yo no lo reconozco, eso no sucede”. Sus raíces
están en los primeros estados ego-céntricos del desarrollo donde todo lo que
es, y no es, está en función de uno mismo. Esta defensa puede ser adaptativa en
situaciones de crisis o emergencia, donde el pleno reconocimiento de lo que
sucede sería paralizante en ese momento.
Control Omnipotente
El
control omnipotente consiste en la fantasía de que la fuente de todo lo que
sucede es los deseos de uno mismo; se basa en el no reconocimiento de la
existencia separada de los demás con una voluntad diferente de la propia. En
sus manifestaciones más benignas puede aparecer como la convicción de si uno
quiere algo, lo que sea, lo puede conseguir con tal de ponerse a ello; cosa
evidentemente irreal, pero motivadora. Hacer uso de esta defensa demasiado
frecuentemente impedirá que el individuo pueda establecer relaciones de
causalidad realistas que le orientarían para alcanzar sus objetivos.
Idealización y Desvalorización
La
idealización consiste en la necesidad de otorgar un valor o poder especial a
una persona de la que se depende emocionalmente y así poder asociarse con
alguien omnisciente y omnipotente que resolverá las dificultades de manera
definitiva. La desvalorización es la cara opuesta de la misma moneda y expresa
la frustración sentida cuando la realidad desmiente la idealización. Todo amor
tiene una semilla de idealización.
Proyección, Introyección e Identificación Proyectiva
La
proyección es el proceso por medio del cual lo que está dentro se malinterpreta
como procedente de fuera y, en sus formas más acusadas, tiende a producir
distorsiones serias en la percepción que el individuo tiene de los demás. En sus
formas más maduras es la base de la empatía.
La
introyección es el proceso por medio del cual lo que está fuera se
malinterpreta como procedente de dentro. En sus formas más problemáticas puede
resultar en la identificación con el agresor, mecanismo por el cual el
individuo intentará sobreponerse a su dolor siendo como su agresor. En sus
formas más benignas es la base de toda identificación con figuras importantes
en la vida del individuo.
La
identificación proyectiva consiste no sólo en la proyección de aspectos
negativos de uno mismo (con la distorsión concomitante) sino también en la
presión ejercida sobre el otro para que se comporte de manera congruente a
aquello que se proyecta. Por ejemplo, se proyecta un aspecto crítico de uno
mismo y luego uno se comporta de tal manera que se provocará la crítica en el
otro.
Escisión
La
escisión consiste en la tendencia de separar el mundo y las personas en buenos
y malos; es una manera eficaz de resolver la complejidad de situaciones
confusas y amenazantes pero siempre implica una distorsión de la realidad. Un
individuo que escinde no se sorprenderá que considera malísima la persona que
consideraba buenísima la semana pasada y tendrá dificultades de tener
sentimientos ambivalentes hacia la misma persona.
Disociación
La
disociación es una manera de desconectarse de la experiencia actual, a veces
creando otra representación de uno mismo, para poder continuar existiendo en un
momento excesivamente doloroso o estimulante. El uso frecuente de este
mecanismo resultará en una visión discontinua de uno mismo, del tiempo y del
mundo que estará llena de huecos llamativos. En sus casos más severos puede
llevar la persona a sentir que tiene varios sí-mismos. En sus formas más
benignas puede ser una manera pasajera de atenuar un exceso de estimulación.
Mecanismos de defensa secundarios
Represión
La
esencia de la represión es olvidar o hacer caso omiso de algo voluntariamente
después de haber tomado consciencia de ello; es una manera de alejar un
contenido de la consciencia por su potencial perturbador. Este proceso puede
aplicarse a una experiencia total, a los afectos conectados a la experiencia, o
a las fantasías y deseos asociados a ella.
Regresión
La
regresión es el proceso inconsciente por el cual el individuo volverá a formas
de funcionamiento más antiguas, más infantiles, para evitar el conflicto o el
esfuerzo creado por el crecimiento y el cambio. Es un mecanismo común en todo
desarrollo social y emocional, que nunca progresa linealmente sino que fluctúa
hacia delante y hacia detrás.
Aislamiento
El
aislamiento consiste en la separación de los afectos de los pensamientos; se
puede pensar y tomar conciencia de un hecho, pero su significado emocional está
aislado y no perturba al individuo. Esta “anestesia psíquica” puede ser útil en
profesiones donde es necesario mantener la cabeza fría tales como la cirugía o
el ejército. Es diferente de la disociación en el sentido de que la experiencia
no está obliterada de la conciencia, sólo su componente afectivo. Su uso
excesivo conlleva la sobrevaloración del pensamiento y la infravaloración del
sentimiento.
Intelectualización
La
intelectualización es una forma de aislamiento que reconoce la existencia del
afecto intelectualmente pero no lo siente; el afecto es teóricamente aceptable
para el individuo pero su expresión sigue inhibida. Es un paso evolutivo
considerable poder pensar racionalmente en una situación cargada de emoción,
pero abusar de este mecanismo truncará las dimensiones de experiencia que
tienen que ver con el juego, el sexo y el humor.
Racionalización
La
racionalización consiste en encontrar razones que justifiquen un acto que sería
vivido como conflictivo sin esas razones y entra en juego cuando no se consigue
algo que se deseaba y se decide que en realidad no se deseaba tanto, o bien
cuando algo malo sucede y se decide en retrospectiva que no era tan malo. Esta
defensa permite aceptar las cosas con un mínimo de resentimiento, pero su uso
excesivo puede llevar a que todo sea racionalizado.
Compartimentalización
La
función de la compartimentalización es permitir que dos condiciones conflictivas
existan sin confusión, vergüenza, culpabilidad o ansiedad conscientes. Cuando
un individuo compartimentaliza sostiene dos o más ideas, actitudes o
comportamientos que están esencialmente en conflicto sin reconocer la
contradicción.
Anulación
La
anulación consiste en el esfuerzo inconsciente de compensar alguna emoción
dolorosa ––generalmente culpa o vergüenza–– con un comportamiento que lo
borrará mágicamente. Un individuo que siente (aunque no sea
necesariamente el caso) que está haciendo daño a otra persona puede intentar
compensarlo tratándole excesivamente bien de manera compulsiva, por ejemplo.
Volver contra sí mismo
Volver
contra sí mismo implica redirigir hacia unos mismo aquellas emociones que
estaban dirigidas hacia otra persona; si un individuo depende de alguien poco
fiable o inestable puede ser más llevadero volver contra sí mismo la crítica y
la rabia que produce esta situación y sentirse responsable de ella que
reconocer la impotencia y la vulnerabilidad de necesitar a alguien con quien no
se puede contar.
Desplazamiento
El
desplazamiento se refiere a la redirección de una emoción o impulso desde su
objeto natural a otro objeto porque expresarlo al objeto natural resultaría
demasiado angustioso. El desplazamiento permite que se descarguen
cantidades de afecto en una dirección menos peligrosa que la original o bien
que está permitida socialmente.
Formación reactiva
La
formación reactiva consiste en transformar una emoción o un impulso en lo
contrario; el odio será transformado en amor, la envidia en gratitud etc.
Aquellos individuos que temen mucho sus emociones agresivas y tienen
dificultades para diferenciar entre pensar y hacer tenderán a usar formaciones
reactivas para protegerse de lo que podría sentirse como peligrosamente incontrolable.
Inversión
La
inversión consiste esencialmente en transformar lo pasivo en activo; en lugar
de que el individuo se sienta pasivamente objeto de una situación dolorosa, la
invierte y se convierte en el sujeto activo de ella. Un ejemplo común de esto
es la transformación de la necesidad de depender del otro en que los demás
dependan de uno. Una buena parte de los comportamientos altruistas parten de
esta defensa.
Actuación
La
actuación tiene una relación íntima con la inversión en el sentido de que se
basa en la inversión de pasivo a activo para actuar algo en la realidad que es
intolerable a nivel mental y emocional; actuando algo el individuo puede
preservar su sentimiento de capacidad y a la vez evacua una emoción dolorosa.
Sexualización
La
sexualización es una manera de transformar una experiencia de terror o dolor en
excitación placentera; el miedo al abandono o el abuso, por ejemplo, pueden ser
sexualizados para que sean sentidos como experiencias gratificantes. No es
infrecuente que los individuos relativamente sanos sexual icen ciertas áreas
complejas de la vida (dependencia, agresión) para que sean más llevaderos.
Sublimación
La
sublimación consiste en encontrar una satisfacción derivada y adaptativa de
aquellos impulsos que no pueden ser expresados directamente por las
prohibiciones sociales: un cirujano podría estar sublimando su agresividad; un
artista sublimaría su exhibicionismo, etc. La ventaja de la sublimación es que
permite la descarga (desplazada y transformada) del impulso en lugar de luchar
contra él.